jueves, 24 de abril de 2014

El Mundo es un pañuelo

En agosto de 1998 conocí a una niña que tenia unos 12 años y afirmaba que conocía a una amiga mía que se llama Yesica, me sentí un poco confundida pues la verdad creía que yo distinguía a todas las amigas de ella; no le puse mucha atención, ni me fije como era ella y me marche para mi casa.
Siete años después me encontré por casualidad con una mujer llamada Xiomara Ochoa, nos volvimos muy buenas amigas, nos sentíamos a gusto compartiendo algunos de nuestros problemas, de nuestros triunfos, siempre que nos sentábamos a hablar mencionábamos a una amiga que nos parece muy simpática, amigable y colaboradora yo siempre decía : mi amiga Yesica es la persona más sincera que ha podido conocer, tiene sus objetivos muy claros y lucha día tras día por cumplir sus sueños, es una mujer muy soñadora, pero sobre todo me ha ayudado en todo lo que he necesitado, es trabajadora y muy responsable.
Algo que me sorprendía mucho era que Xiomara me decía que yo tenia que conocer a su amiga Yulieth ella es  la mujer más vacana que ha conocido, es tierna, solidaria y muy  trabajadora, siempre quiere dar el doble en todo y se entrega de verdad a una amistad, a ella hay que llevarla por la buena, eso sí algo que no se le quita con el paso de los años es que ella es muy soñadora.
No creí que pudiera haber otra buena amiga como Yesica; pero Xiomara me hacia dudar un poco, con el paso de los días nos llevamos una gran sorpresa,
Resulta que el 28 de noviembre del 2005 Yesica realizo una rumba, celebrando sus grados, Hable con Xiomara para invitarla pero resulta que ella tenia un compromiso con su amiga, bueno creí que era una buena oportunidad para que ambas se conocieran, pero no le preste mucha atención; solo esperaba a que llegara ese día; cuando al fin llego el día esperado me levante como de costumbre y realice el oficio de mi casa, me organice y Salí para la rumba, llegue aproximadamente a las 9:00 pm; salude a Yesica y en ese momento escuche como alguien me gritaba “María, María”; cuando voltee a mirar hacia atrás, vi a Xiomara, fue tanto mi asombro que no le conteste el saludo inmediatamente; pasaron unos segundos, Xiomara se me acerco y me pregunto que hacia allí, yo le conteste con evasivas y le dije lo mismo te pregunto, no se supone que ibas para otra rumba.
Ambas nos encontramos un poco confundidas; cuando Yesica quiso presentarnos le dijimos que ya nos conocíamos; eso a ella le alegro y dijo “¡AH! Mucho mejor, así las dejo en confianza mientras voy y saludo a los demás”. Ella salió y se fue, mientras tanto Xiomara y yo nos sentamos a conversar; luego de un rato, pudimos darnos cuenta que cada que hablábamos de nuestra amiga, nos referíamos a la misma, Yesica – Yulieth no lo supimos antes porque cuando nosotras la conocimos cada uno opto por llamarla con uno de sus nombres, dejando de lado el otro como si no importara.
Después de haber descubierto esto nos sentimos tan alegres, pues ahora las tres compartimos una bonita amistad y sin temor a equivocarnos Xiomara y yo podemos afirmar que Yesica es tan responsable que se le puede confiar cualquier trabajo, porque nunca defraudaría a nadie, porque para ella es muy importante tener la confianza de las demás personas.
Llevamos 12 años de ser amigas y compartir metas, sueños, alegrías y tristezas y cuando alguien pregunta que como nos hicimos amigas las tres, no solo contamos esta historia, sino que la comenzamos o terminamos diciendo:
“Para que vea que el mundo si es un pañuelo”
     



No hay comentarios:

Publicar un comentario