jueves, 24 de abril de 2014

       Todo se perdió en la Navidad

Esa noche las luces navideñas no sólo adornaban las casas de Calle Vieja, sino que también parecían adornar el cielo. Aurora contemplaba su alrededor después de llegar de la casa de su hija. No imaginó que esa sería la última noche que vería el tintineo de los adornos navideños y el reflejo de los árboles de navidad en las ventanas.
Seducida por las luces de mil colores que se extendían ante sus ojos pensó “qué pena, ya es 4 de diciembre y yo sin poner mis lucecitas, mañana adornaré mí casa, ni que yo fuera la de menos…”
Pasaron varios minutos y casi sin que Aurora lo percibiera,  empezó a humedecerse su rostro. Se deslizaron varias lágrimas gruesas por sus mejillas. No había motivo alguno para llorar, por lo menos no hasta esa noche. 

Seguía como estupefacta ante  el brillo de las luces rojas, verdes, amarillas y azules, de los focos que hermoseaban su barrio. Mientras más se perdía su mirada en el paraíso iluminado, más resbalaban las gotas tibias de llanto. Un llanto sin sentido, pero incontenible.
 Sonó el teléfono. Era su hija para preguntarle cómo había llegado a casa. Ella al escuchar la voz de su madre se percató que había un tono distinto: más débil y opaco. Aurora aunque intentó, no pudo evitar que su hija se diera cuenta que lloraba, pero ante sus preguntas no tuvo una respuesta que validara su sollozo y melancolía.
 Al día siguiente, se la pasó toda la mañana pensando “ve, yo soy boba, porqué estaba llorando si nadie me había hecho nada”.
A  la una de la tarde escuchó a las vecinas que barrían y organizaban las calles “en el barrio cada diciembre solían arreglar las calles entre todos y adornarlas muy bonitas“.
De inmediato salió a la ventana y les gritó: “ahorita les ayudo a barrer, yo voy a almorzar y salgo”. Ellas le respondieron “ah bueno Aurorita”.
  Aurora no había hecho almuerzo, así que preparó algo de comer a la carrera para no demorarse mucho y poder ayudar a las amigas. Mientras preparó el almuerzo llegó una vecina a pagarle unas costuras que le debía y le dijo: “mija almuerce antes de irse, no haga como yo que no como nada y cualquier cosita me la como parada”.
Y casi que obligó a Aurora  a sentarse. La señora se fue y al despedirse le dijo: “la virgen me la acompañe” a lo que ella le respondió: “amen doña Tulia” .Cerró la puerta, terminó de almorzar  a los trotes y se fue a barrer la calle con las señoras.
 “A los quince minutos, yo sentí un ruido, un ruido muy horrible. Yo mire y no vi a las compañeras que estaban conmigo, yo no las veía, y yo veía que los postes de la luz se caían, pero medio los veía porque veía como un polvo amarillo que no me dejaba ver y se movían esos alambres de la luz  y yo salí corriendo. Se me perdieron los zapatos, me fui con la escoba y corra, corra y corra mirando para arriba para que el alud no me alcanzara, llegué donde ya no tenía peligro. Yo no sé en qué momento yo andaba con la escoba para arriba, parecía que iba a volar”.
 Descalza, despeinada, con polvo en la cara, Aurora buscó un teléfono público para llamar a su hija y contarle lo que había ocurrido. Después de colgar vio un muchacho al que le pregunto qué había pasado y él le contesto que un avión había caído a la Gabriela, pero ella no le creyó.
 Miró desconsolada el mismo paisaje que la noche anterior había visto en su esplendor. Ahora  todas las casas de sus amigos habían quedado sepultadas bajo la tierra y gritó: “Dios mío, una tierra tapo las gracias, ese pueblo donde quedó”
 Los sobrevivientes estuvieron amontonados y doña Aurora no dejaba de ir a un lado y al otro en busca de información sobre todas las personas conocidas. En ese vaivén  se encontró con gente que apenas la vieron  la abrazaron y lloraban de alivio porque pensaron que  ella había quedado sepultada bajo la tierra.
 Aurora buscó incansablemente a su vecina Tulia, ella sentía que algo le había pasado, pero nadie le daba razón de ella. Después de horas de búsqueda, otras personas que habían sobrevivido al deslizamiento le dijeron que Tulia no aparecía y que lo más probable era qué hubiera quedado sepultada en su casa. Aurora no podía creerlo, la voz de Tulia diciéndole “la virgen me la acompañe” le retumbaba en la cabeza una y otra vez y las lágrimas no cesaban de sus ojos, tristes y lejanos.
 Los días pasaron, Aurora se fue a vivir a casa de su hija en Machado mientras logra asimilar lo sucedido y le solucionan lo de su vivienda. Aunque su casa no quedó sepultada por el desplome de tierra, tuvo que abandonarla, porque el terreno se volvió  es inestable   a causa de que el alud de tierra llegó hasta el edificio donde quedaba su hogar.
 Aurora, una mujer de cabello corto y canoso, piel arrugada y blanca, llevaba 10 años viviendo sola en Calle vieja, en una casa que fue construida en gran parte por ella misma.
Ahora se pregunta, desde el 6 de diciembre del 2010, cómo podrá regresar a su hogar y pararse en la ventana y no ver nuevamente las luces navideñas de sus vecinos o peor aún, cómo podrá entrar a su casa sin pensar en todos aquellos que quería tanto y ya no se encuentran a su alrededor.


El Mundo es un pañuelo

En agosto de 1998 conocí a una niña que tenia unos 12 años y afirmaba que conocía a una amiga mía que se llama Yesica, me sentí un poco confundida pues la verdad creía que yo distinguía a todas las amigas de ella; no le puse mucha atención, ni me fije como era ella y me marche para mi casa.
Siete años después me encontré por casualidad con una mujer llamada Xiomara Ochoa, nos volvimos muy buenas amigas, nos sentíamos a gusto compartiendo algunos de nuestros problemas, de nuestros triunfos, siempre que nos sentábamos a hablar mencionábamos a una amiga que nos parece muy simpática, amigable y colaboradora yo siempre decía : mi amiga Yesica es la persona más sincera que ha podido conocer, tiene sus objetivos muy claros y lucha día tras día por cumplir sus sueños, es una mujer muy soñadora, pero sobre todo me ha ayudado en todo lo que he necesitado, es trabajadora y muy responsable.
Algo que me sorprendía mucho era que Xiomara me decía que yo tenia que conocer a su amiga Yulieth ella es  la mujer más vacana que ha conocido, es tierna, solidaria y muy  trabajadora, siempre quiere dar el doble en todo y se entrega de verdad a una amistad, a ella hay que llevarla por la buena, eso sí algo que no se le quita con el paso de los años es que ella es muy soñadora.
No creí que pudiera haber otra buena amiga como Yesica; pero Xiomara me hacia dudar un poco, con el paso de los días nos llevamos una gran sorpresa,
Resulta que el 28 de noviembre del 2005 Yesica realizo una rumba, celebrando sus grados, Hable con Xiomara para invitarla pero resulta que ella tenia un compromiso con su amiga, bueno creí que era una buena oportunidad para que ambas se conocieran, pero no le preste mucha atención; solo esperaba a que llegara ese día; cuando al fin llego el día esperado me levante como de costumbre y realice el oficio de mi casa, me organice y Salí para la rumba, llegue aproximadamente a las 9:00 pm; salude a Yesica y en ese momento escuche como alguien me gritaba “María, María”; cuando voltee a mirar hacia atrás, vi a Xiomara, fue tanto mi asombro que no le conteste el saludo inmediatamente; pasaron unos segundos, Xiomara se me acerco y me pregunto que hacia allí, yo le conteste con evasivas y le dije lo mismo te pregunto, no se supone que ibas para otra rumba.
Ambas nos encontramos un poco confundidas; cuando Yesica quiso presentarnos le dijimos que ya nos conocíamos; eso a ella le alegro y dijo “¡AH! Mucho mejor, así las dejo en confianza mientras voy y saludo a los demás”. Ella salió y se fue, mientras tanto Xiomara y yo nos sentamos a conversar; luego de un rato, pudimos darnos cuenta que cada que hablábamos de nuestra amiga, nos referíamos a la misma, Yesica – Yulieth no lo supimos antes porque cuando nosotras la conocimos cada uno opto por llamarla con uno de sus nombres, dejando de lado el otro como si no importara.
Después de haber descubierto esto nos sentimos tan alegres, pues ahora las tres compartimos una bonita amistad y sin temor a equivocarnos Xiomara y yo podemos afirmar que Yesica es tan responsable que se le puede confiar cualquier trabajo, porque nunca defraudaría a nadie, porque para ella es muy importante tener la confianza de las demás personas.
Llevamos 12 años de ser amigas y compartir metas, sueños, alegrías y tristezas y cuando alguien pregunta que como nos hicimos amigas las tres, no solo contamos esta historia, sino que la comenzamos o terminamos diciendo:
“Para que vea que el mundo si es un pañuelo”
     



CONOCIENDO UN POCO DE MI


Hace 2 años y medio me encontré con una joven de estatura baja, de ojos cafés, de cabello rojo y rizado; una joven simpática, amigable y no puedo decir que muy habladora, porque es de pocas palabras, pero las que dice son las precisas. La noté un poco angustiada, como no, me dijo ella, ya terminé mi bachillerato y deseo seguir estudiando. En ese momento se quedó callada, se veía pensativa y decidí tomar la iniciativa para preguntar lo que la inquietaba.
La invité a tomar una gaseosa y así comenzó todo:
1)    ¿Yesica Rengifo cuéntame un poco como fue tu desempeño en el colegio?
Pues… (Ella sonrió) creo que fue bueno, no excelente, pero me esforzaba por hacerlo bien, aunque a veces no fuera suficiente.
2)   Cómo que no era suficiente ¿Por qué?
La verdad mi fuerte era el español, me gustaba mucho leer, escribir y soñar.
Algunas veces tuve desacuerdos con unos profesores, ese fue mi problema en algunas áreas como la de matemáticas.
3)   Hace un rato dijo que le gustaba soñar ¿Por qué lo dice?
Soñaba con estudiar en algo que no tuviera matemáticas, verás, en el colegio me gustaba pertenecer a todos los equipos deportivos; estuve en el equipo de fútbol, en el grupo de baile, en el de canto, y fui platillera de la banda músico – marcial del colegio.
Me esforzaba por ser la mejor en todo, para que cuando me graduara no perdiera el gusto por el estudio y poder hacer una carrera profesional, cosa que no hacían algunos de mis compañeros, pues mientras ellos tenían un fin de semana lleno de rumba, yo me dedicaba a estudiar y realizar todos los trabajos que nos ponían.

4)   ¿Por qué no salía a pasear con sus compañeros?
Desde que me encontraba en noveno grado ya había decidido que iba a estudiar. Yo sólo debía escoger entre Comunicación Social y Periodismo u Hotelería y Turismo.
Pero me preocupaba un poco la actitud de ellos pues creo que no se preocupaban mucho por este tema.

5)   ¿Entonces si ya estaba tan definida por que la veo tan preocupada?
La verdad es porque ya culmino este año mi bachillerato y no sé todavía si vaya a tener la oportunidad de continuar con mis estudios.

Me sentía tan tranquilo con cada respuesta, creía que si el destino me había permitido hacer esta entrevista era por algo, continué con mi siguiente pregunta, que la verdad me dejó confundida. Le pregunte: ¿Yesica  si en este momento tuvieras que decidirte por una de las carreras por cual lo haría y porque? Ella me miró, sonrió nuevamente y me respondió: en este momento no sabría contestar esa pregunta. Pero porque no hacemos algo, me dijo. Respondí claro. Esperaba que me pidiera que fuéramos a otro lugar, pero ella me sorprendió diciendo: nos vemos dentro de dos años y te contesto esa pregunta. Se paró y se despidió de mí diciéndome: no te olvides de la cita que tenemos pendiente.

Yo quede confundida pero porque no esperar, no veo motivo para no hacerlo.
Ahora ya han pasado dos años. Nos volvimos a encontrar en el mismo lugar a terminar aquella charla. Cuando ella llegó, Me saludó y dijo: sabía que no faltarías a esta cita. Yo la miré y le dije; retomemos ahora sí nuestra charla. Ella no se opuso. Incluso me dijo: aún recuerdo la pregunta que me hiciste pero vuélvela a hacer.


6)   ¿si hubiera tenido que elegir entre las dos carreras cual elegiría y porque?
La verdad si tuve que elegir y fue Comunicación Social y Periodismo porque ese es mi fuerte.
 Me gusta mucho la locución, también la Comunicación Organizacional y por este motivo complemento ambos estudios en esta carrera.
7)   ¿Está feliz con lo que estudia?
Sí, muy feliz, porque fue la mejor decisión que he tomado; y además estoy estudiando lo que me gusta.

8)   ¿Cuénteme como se define usted como persona?
Soy simpática y amable, me gusta mucho escuchar y no hablo sólo por hacerlo, ah y también me gusta que me escuchen.
9)   ¿Qué conocimientos ha adquirido hasta el momento?
Hasta ahora tengo conocimientos básicos en Word, en photoshop, en fotografía, redacción, un poco de diseño de páginas y sobre todo locución, conocimientos relacionados a mi carrera (Medios, escritura, entre otros); sin olvidar que la Universidad es Humanista y como tal enfatiza también en le trato a las personas y las demás comunidades.
10) ¿Qué puede usted aportar en un trabajo, es decir porque escogerla a usted y no a otra?
Primero que todo mi buena presentación personal, mi disposición para atender a los demás. Siempre estoy dispuesta a trabajar en equipo y a buscar el bienestar  de los que me rodean siendo equitativa.
11)  ¿Qué piensa hacer cuando termine su carrera?
Primero buscar un trabajo en lo que me gradué, eso sí, sin descuidar los conocimientos que pueda ir adquiriendo. Espero poder realizar una licenciatura.

Me gustó mucho haber podido realizar esta entrevista, le dije cuando termino de responder y le di las gracias. Ella me dijo, gracias a usted por hacérmela; A mí me gustó mucho participar de ella. Cuando terminé de despedirme me sentía tranquila y consideraba que había valido la pena la espera, porque pude ver algo que me dejó asombrada: ese brillo en sus ojos, ese resplandor que no se le quitaba sino que aumentaba cada que hablaba de lo que la apasiona, de su profesión como Comunicadora. Eso era lo que me demostraba que verdaderamente se siente a gusto con lo que hace.